Octubre es el mes en que la vendimia termina de pintar pueblos y laderas de Europa, con mercados repletos de uvas y setas, ferias locales y bodegas abiertas para catas y pisadas tradicionales, todo con clima templado y menos afluencia que en verano.
Estas cinco rutas combinan carreteras secundarias, miradores con luz dorada y pueblos de piedra, invitando a degustar vinos jóvenes y clásicos sin prisas, y a enlazar visitas a viñedos con mesas sencillas donde manda la cocina de temporada.
1. Valle del Duero 
Entre Lamego, Peso da Régua y Pinhão, el Duero ofrece terrazas vitivinícolas Patrimonio de la Humanidad, quintas abiertas a visitas y la Festa das Vindimas, con pisada de uvas, desfiles y conciertos que llenan el calendario de septiembre y primeros compases de octubre.
Navegar un tramo del río, tomar el tren de la Linha do Douro y enlazar catas en bodegas clásicas y familiares permite entender el territorio mientras la luz del atardecer convierte las laderas en un mosaico dorado.
2. La Rioja y Rioja Alavesa 
Desde Logroño y Haro hacia Laguardia, esta ruta une bodegas centenarias y arquitectura de autor con viñedos que se tiñen de rojizos, y pueblos amurallados donde los bares se llenan de pinchos y vinos por copa.
Octubre mantiene temperatura amable para caminar entre viñas, visitar calados históricos y alternar catas con paseos por cascos antiguos, en una agenda que suma fiestas locales y vendimias tardías según añada.
3. Burdeos 
La región ofrece una diversidad enorme de apelaciones, desde Médoc a Saint‑Émilion, con châteaux que abren salas de cata y senderos entre viñas, además de la Cité du Vin en la capital para una inmersión didáctica.
En octubre, los caminos rurales están tranquilos y las degustaciones permiten comparar estilos y añadas con calma, encadenando paradas gastronómicas sencillas que aprovechan la despensa otoñal.
4. Toscana

Entre Chianti, Montalcino y Montepulciano, las colinas ondulantes y pueblos de piedra se combinan con bodegas que aún vibran tras la Fiesta de la Uva de finales de septiembre y mantienen catas y visitas en octubre.
Las carreteras escénicas y los miradores al atardecer regalan vistas amplias, mientras trattorias y enotecas sirven platos de temporada que maridan con tintos emblemáticos en ambientes relajados.
5. Ruta del Vino de Rueda 
En Castilla y León, la ruta de Rueda propone enoturismo de blancos aromáticos con visitas a bodegas, eventos culturales y experiencias que conectan pueblos, música y gastronomía, operativas durante todo el año y especialmente agradables en otoño.
El paisaje llano y accesible favorece enlazar varias paradas en un solo día, incorporando mercados locales y cascos históricos cercanos para completar el viaje.
Junior Marte